Cuando yo comence el ministerio de liberación de demonios, tuve una experiencia bn fuerte. Estabamos en el culto de oración, se habia culminado, entra esta mujer que era: deambulante, adicta, con un olor fuertísimo y el Espíritu Santo me dice: *ABRAZALA* ... Yo obedecí. Luego no la vi hasta q un día, trabajando en la oficina pastoral, llega y me pide reunirse conmigo. Esa mujer estaba cambiada. Habiamos orado por ella tanto tiempo y nada. Su familia, destruída x las drogas q ella consumía. Cuando entro a la oficina a hablar conmigo, me recordó no solo el abrazo sino unos simples espejuelos de farmacia q le consegui. Con ellos leyó la Palabra y en ese abrazo, recibió liberación. No fueron gritos, no fueron espectaculos, no estaba llena la iglesia ni se buscaba protagonismo. Solo quedabamos un puñado y entre el abrazo q di: nos unimos a clamar x esa mujer.
El amor, es el amor q libera. No es lo q yo haga, es lo q hizo Yahshua (Cristo) ya hizo por cada uno de nosotros.
He ministrado liberación, he visto manifestaciones demoníacas, he visto y estado en grandes luchas. Si, se manifiestan. Cada proceso es diferente. Pero nada supera al poder del amor y La Palabra q transforma la vida de un persona q actúa por posesiones demoníacas a una vida libre en Cristo. Y lo mejor, cuando hay rendición de voluntad y decisión de vivir manteniendo esa libertad.
Juan 8:32: Y conocereis la Verdad, y la Verdad (Cristo) os hara libres.
Si el Hijo os libertare, sereis verdaderamente libres.
Pastora Nany