Mi isla, mi pedazo de Tierra. Isla del Cordero q las tinieblas rodean. Cuánto ha pasado en tus calles, cuánto pasa en los hogares. Con mi corazón siempre allí, mi oración no cesó ni cesará por ti. Tu gente, gente hospitalaria, buenos vecinos, compasivos, luchadores, guerreros que has tenido. Donde quedó aquellos que aunq no fueran a la iglesia siempre respetaron al anciano, defendieron a los niños, comieron con los pobres. Aquellos q no podían ver la necesidad de un vecino pq lo de uno era de todos. Sin grandes lujos pero llenos de humanidad. Donde aquellos q no se atrevían ni a proferir una grosería delante de aquellos q "iban a la iglesia"; había respeto y unidad.
Hoy, veo tus calles llenarse de sangre, la violencia en cada hogar. La Iglesia acomodada y del prójimo olvidando se está. Ya no quieren salir a las calles, ya no quieren pq el temor los calla, los paraliza y los esconde.
Isla del Cordero, baluarte y valentía se convirtieron en temor y vanidad.
Iglesia despierta, vamos a las calles a predicar. Saca los megafonos, has los grupos para casa por casa ir a predicar. Nuestra gente muere y las tinieblas avanzan pq Cristo ya no lo quieren predicar.
Me dueles Puerto Rico pero no puedo quedarme solo en el lamento. Es hora de levantar la Espada. Es hora de luchar. Es hora q la Iglesia despierte y esté dispuesta a avanzar. Tenemos que hacer las tinieblas retroceder: HAY Q PREDICAR.
P. NANY