El reciente descubrimiento y traducción de un papiro del siglo IV, ha vuelto a abrir la «controversia » sobre si Jesús estuvo casado/tenía una esposa. Desde el descubrimiento de los «Evangelios Gnosticos» en Nag Hammandi en 1945, salen especulaciones todo el tiempo sobre la «verdadera» vida de Jesús. Evangelios como el de Tomás, Pedro, María y el de Judas han lanzado preguntas sobre el cristianismo.
Códice
Este descubrimiento es interesante, ya que es el primer descubrimiento de algún escrito gnostico en donde Jesús afirmaba tener una esposa. Algunos de los escritos gnosticos mencionan que Jesús tenía una relación muy cercana con María Magdalena, ninguno especifica el que Jesús estuviera casado con ella.
Paréntesis:
Es curioso que dos de mis amigos que no creen en Dios, me hayan dicho «Ya viste que esta es otra prueba más de que Dios no existe… todo es incoherente». Pero veamos de nuevo, la lógica detrás de dichas frases: «Si Dios no existe y Jesús fue un mito, ¿Porqué están afirmando que Jesús tenía una esposa?». Cierro Paréntesis.
Algunos puntos de interés:
1. Este nuevo manuscrito — apropiadamente titulado el Evangelio de la Esposa de Jesús — es un fragmento de un códice del siglo IV escrito en copto (Sahidic) que en un lugar dice: «Jesús les dijo:» Mi esposa … ella podrá ser mi discípulo. «el fragmento es muy pequeño (4 x 8 cm), con la escritura desvanecida en la parte posterior. El texto principal está escrito de forma muy estrecha y según mencionan algunos expertos, hasta de manera semi-analfabeta. En particular, Karen King de la Universidad de Harvard ha sugerido que, si bien el manuscrito es del siglo IV, la composición original se remonta a mediados del siglo II.
2. Michael J. Kruger es un experto en paleografía copta (manuscritos griegos). Una de las consideraciones de Michael es la naturaleza descuidada de la mano del escriba, y los trazos de ancho y no diferenciadas de la pluma parecía problemático. Además, el color de la tinta parece apagado — es demasiado oscuro, casi como si hubiera sido pintada. Tintas antiguas tienden a ser de color más claro, aunque hay excepciones. Esta situación se ve agravada por la ambigüedad sobre el lugar de su descubrimiento y la identidad de su propietario anónimo.
Sin embargo, según el documento de próxima publicación Karen King, este manuscrito fue examinado por Roger Bagnall y Luijendijk AnnMarie, dos académicos de renombre, quienes nos pareció ser auténtico y atribuyó el extraño estilo de la pluma del escriba contundente. Otras indicaciones de la autenticidad son el uso de la nomina sacra (abreviaturas de ciertas palabras) y la tinta borrosa en la parte posterior de la página (algo que habría requerido un tiempo considerable). Pero mi amigo y estudioso copto, Christian Askeland, es escéptico de la autenticidad debido, entre otras cosas, la extraña formación de algunas de sus letras (en particular el epsilon) y las omisiones en el texto copto. Otros investigadores también han expresado su escepticismo sobre el fragmento.
3. Será que este relato del evangelio en particular ¿nos puede decir algo acerca de lo que Jesús era en realidad?. ¿Este texto demuestra que Jesús tenía una esposa? ¿Este evangelio proporciona información histórica confiable? No, no y no. No hay ninguna razón para pensar que este evangelio conserva la auténtica tradición acerca de Jesús. Es una producción tardía (y para quienes quieran argumentar de que también los Evangelios biblicos lo son, primero les recomiendo que investiguen y estudien la historia antes de hacerlo), no se basa en el testimonio de testigos presenciales, y es probable que se inspira en otras obras apócrifas como Tomás y Felipe.
Por otra parte, no tenemos una sola fuente histórica en todo el inicio del cristianismo que sugiera que Jesús estaba casado. Ninguno, incluyendo los relatos del Jesús Histórico (aparte de la Biblia). No hay nada acerca de que Jesús se casó en los evangelios canónicos, en evangelios apócrifos, en los padres de la iglesia, o en cualquier otro lugar. Aunque este nuevo evangelio dice que Jesús estaba casado, que está fuera de sintonía con todas las demás pruebas creíbles históricas que tenemos sobre su vida.
4. ¿A quién no le gustan las teorías conspiratorias?, si bien los evangelios gnosticos pueden en algún momento lanzar preguntas interesantes, el hecho de que un pedazo de papiro de 4×8 quiera interpretarse como un Evangelio dice mucho sobre la intención de quienes lo propagan como una afirmación. Un pedazo de papiro que no está completo, y que bien puede referirse a la esposa, que según la biblia, es la iglesia en su total contexto.
5. Por último, no hay absolutamente nada en la biblia que afirme que lo estuvo, no hay absolutamente nada en la historia que afirme que lo estuvo, ¿por qué? porque no fue para eso que vino a la tierra.
María Magdalena
Desde los primeros días de la historia de la Iglesia han abundado los malentendidos sobre la identidad de María Magdalena. Ha sido confundida con la mujer sorprendida en adulterio (Jn 8:1-11); con la mujer pecadora que ungió los pies de Jesús (Lc 7:36-50); con María de Betania, quien también ungió los pies de Jesús (Mr 14,3-9; Mt 26:6-13; Jn 12,1-8); con la samaritana (Jn 4:1-42); y con la supuesta esposa de Jesús (según el Evangelio gnóstico y apócrifo de Felipe).
Parte de la confusión que rodea la identidad de María Magdalena se debe a lo común que era su nombre. María o Miriam en hebreo/arameo, era el nombre más común para una mujer en la época de Jesús. Es más, una cuarta parte de las mujeres judías de la época se llamaban María. Solo en el Nuevo Testamento encontramos al menos seis Marías.
La confusión ha hecho que se le tache injustamente de ser una mujer sexualmente inmoral. Sin embargo, un examen más detallado de su vida, tal como se presenta en los Evangelios, nos demuestra que fue una mujer de fe irreprochable, leal y generosa: una líder entre las mujeres del entorno de Jesús.
Otro motivo de confusión está relacionado con la naturaleza de la condición de María Magdalena antes de su conversión. Nuestro primer encuentro con ella es en el Evangelio de Lucas, donde se la describe como «María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios» (8:2). Muchos han deducido demasiado de esta pequeña frase.
Si bien en la época actual vemos la actividad demoníaca en la vida de un individuo como el resultado de decisiones pecaminosas de su parte, el trato que Jesús y los discípulos tenían hacia los endemoniados demuestra que no los veían como malvados ni como cómplices del maligno. Más bien, los consideraban como enfermos y víctimas de un poder ajeno. María era, por tanto, «una inválida curada, no una descarriada social». Si se hubiera entendido esto, no se habría confundido tan fácilmente a esta discípula amada con una prostituta.
¿Quién era María Magdalena?
En la siguiente porción de la Biblia encontramos detalles que nos permiten conocerla más de cerca:
«Poco después, Jesús comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios. Con Él iban los doce discípulos, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes; Susana y muchas otras que de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de ellos» (Lucas 8:1-3).
Su nombre
A diferencia de muchas mujeres citadas en el Nuevo Testamento, a esta María no se la identifica como esposa o madre de alguien, sino por su lugar de origen: Magdala, una ciudad en la orilla occidental del mar de Galilea. Esto probablemente indica que no tenía esposo o hijos y que, por lo tanto, tenía el control de sus propios bienes.
Sus numerosas compañeras
El texto menciona a «mujeres que habían sido sanadas» (v. 2). Aunque Lucas menciona específicamente a tres de estas mujeres, también nos indica que Jesús seleccionó a «muchas otras» (v. 3) para que formaran parte de su entorno. Como integrantes de su equipo viajero de discípulos, es muy posible que ellas también recibieran instrucción a los pies de Jesús junto con los apóstoles y otros discípulos varones.
Su riqueza
Se habla de María, Juana, Susana y «muchas otras que de sus bienes personales contribuían» (v. 3). Es notable que estas mujeres no solo caminaron y aprendieron a los pies de Jesús, sino que también participaron activamente en el sostenimiento del ministerio.
María: la discípula
María de Magdala aparece a continuación en la última semana de la vida de nuestro Señor antes de su crucifixión. Ella había viajado a Jerusalén con los discípulos de Jesús para celebrar la Pascua. Esto se constata cuando la ubicamos entre las mujeres a los pies de la cruz:
«Había también unas mujeres mirando de lejos, entre las que estaban María Magdalena, María, la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé, las cuales cuando Jesús estaba en Galilea, lo seguían y le servían; y había muchas otras que habían subido con Él a Jerusalén» (Marcos 14:40-41).
La palabra traducida como «servían» es la misma palabra griega que encontramos en Lucas 8:3, y es el término del que se deriva la palabra diácono o diaconisa. Según un comentarista, María y las demás mujeres tenían una presencia continua en la obra itinerante de Cristo:
«Seguir y servir a [Jesús] “desde Galilea… hasta Jerusalén” abarca la duración de su ministerio. Los verbos en griego en tiempo imperfecto no indican un acompañamiento y un servicio ocasional o esporádico, sino la presencia y el servicio continuo a Jesús durante todo su ministerio. Estas y “muchas otras mujeres” han hecho lo que Marcos, a lo largo de su Evangelio, ha definido como discipulado: seguir y servir a Jesús».
Y así como Pedro surge como el líder entre los apóstoles, con su nombre siempre al principio de la lista, María de Magdala parece ocupar una posición similar entre las mujeres del séquito de Jesús. En los Evangelios sinópticos, su nombre figura en primer lugar entre las mujeres nombradas. Esto sugiere que María Magdalena era tenida en alta estima en la iglesia primitiva.
María: la afligida
La devoción de María Magdalena por Jesús se hizo evidente en su presencia durante la pasión de Cristo. Todos los hombres del séquito de Jesús, excepto Juan (Jn 19:25-27) habían huido, siendo Pedro visto por última vez en el juicio de nuestro Señor ante el Sanedrín (Mr 14:53-72). Pero ella, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé se quedaron mirando de lejos (Mr 14:40-41).
El relato de Juan sobre las mujeres junto a la cruz incluye a la madre de Jesús, a la hermana de su madre y a María, la mujer de Cleofás (Jn 19:25). Eso hace que haya al menos seis mujeres identificadas por su nombre, además de las que formaban parte de la multitud (Lc 23:27).
María Magdalena y sus compañeras de duelo podrían haberse dispersado una vez que Jesús exhaló su último suspiro (Mr 15:37). Pero cuando José de Arimatea pidió el cuerpo de Jesús y lo depositó en un sepulcro, ella y María la madre de José lo siguieron para ver dónde había sido enterrado su Señor con el fin de volver después del sábado y ungirlo debidamente (Mr 15:42-47).
María: improbable testigo ocular
El testimonio de una mujer no era admisible en un tribunal según la ley judía. Por lo tanto, si los evangelistas hubieran querido impactar a otros con el testimonio de la resurrección, no hubieran incluido el testimonio de María Magdalena como la primera testigo ocular, de modo que el relato fuera «más creíble».
En su soberanía, Dios había elegido a María Magdalena, a María la madre de Jacobo el Menor, a Salomé, a Juana «y las demás mujeres con ellas» (Lc 24:10) para que descubrieran el sepulcro vacío, escucharan el anuncio de los mensajeros celestiales y dieran testimonio de su resurrección a los discípulos (Mt 27:61-28:8; Mr 16:1-8; Lc 24:1-11; Jn 20:1-17).
El relato de Juan se centra especialmente en María Magdalena, añadiendo que se quedó llorando junto al sepulcro después de que Pedro y Juan se fueran (Jn 20:1-10). Jesús fue a su encuentro y, al reconocer la voz de su amado Rabí, María se aferró a Él. Jesús le pidió que no lo hiciera, sino que le encargó que llevara la buena noticia de su resurrección al resto de los discípulos (Jn 20:16-17). Jesús la eligió para dos propósitos especiales ese día: para ser la primera en ver al Resucitado, y para ser la encargada de anunciar esta gloriosa noticia a sus discípulos.
En el Texto bíblico frente a la crucifixion; todas estas mujeres estuvieron presente. Yahshua, se refirió de la siguiente manera:
Juan 19:25-27
[25]Cerca de la estaca de ejecución estaba su madre, la hermana de su madre, Miryam la mujer de Klofah y Miryam de Magdala.
[26]Cuando Yahshúa vio a su madre, y al talmid a quién El amaba de pie allí, le dijo a su madre: "Madre, éste es tu hijo."
[27]Entonces le dijo al talmid: "Esta es tu madre." Y desde ese momento, el talmid la acogió en su casa.[163]
Yahshua, menciona a su familia y en ningún momento menciona a María Magdalena como su esposa ni se dirige a ella. Estando en ese momento, si hubiera Sido quien podría ser la viuda de Yahshua, es de esperarse una Palabra hacia ella y eso no ocurrió.
María Magdalena era una de las q caminaron como discipula de Yahshua. Fue una de las mujeres q sostenía el ministerio de Yahshua. En la tradición judía, una mujer no era la q tenía las propiedades y bienes a menos q no estuviera casada. De hecho, aún las viudas, eran responsabilidad de sus cuñados.
Es una completa herejía asegurar algo fuera de contexto para levantar una falsa enseñanza.
Los historiadores responsables, ni si quiera mencionan la posibilidad de estar el casado.
Por otro lado, Yahshua era hombre pero era 100% Adonai. La falsa enseñanza de q Yahshua estaba casado, asegura de q cuando comenzó el ministerio abandonó su familia. Esto contra dice la PALABRA ya que el mismo Yahshua, abundó sobre el divorcio y el adulterio. El expuso la responsabilidad del matrimonio. El no podría abandonar a su alegada esposa pq esto va por completo en contradiccion con la enseñanza bíblica de la responsabilidad conyugal y como trata Adonai a la IGLESIA como esposo y el ejemplo modelado en Yahshua.
Por otro lado, Yahshua, estuvo al cuidado de María y José, a los 12 años; cuando se supone q hubiera disfrutado la niñez: le era necesario estar en los negocios del Padre. Su ministerio se desarrolla públicamente durante tres años. El tenía una meta fija: dar su vida en rescate por la nuestra.
P. Nany